Hoy, siendo domingo 10 de diciembre de 2023, tenemos ya un nuevo presidente en la República Argentina, Javier Milei. Tenemos también un sector muy importante de la población que desde conocerse los resultados del balotaje está hablando de “resistencia popular”, de que se viene “una economía de guerra”, de que “los derechos ganados se defienden en la calle”, etc.
Pero, ¿quien contrató al nuevo payaso del circo?
Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre de 2023 publicado por el Indec la variación mensual de precios de septiembre de 2023 fue 12.7% y la variación interanual fue de 138.3%. Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de septiembre de 2023 el 41.1% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza y en las personas de 0 a 14 años esta métrica empeora, el 56.2% de las personas en ese segmento se encuentran en situación de pobreza.
Estas métricas arriba mencionadas y la evolución desfavorable de ellas en el gobierno peronista de Alberto Fernandez no dan cuenta de la innumerable cantidad de problemas y sufrimiento que traen aparejadas.
Déjenme darles un ejemplo. A un edificio de una zona de clase media de Capital Federal que conozco se le rompió la caldera y hay que reemplazarla para que sus habitantes puedan tener agua caliente. La caldera actual sufre constantes pinchaduras y no tiene solución duradera más que cambiarla pero en este momento una caldera nueva cuesta alrededor de 15 millones de pesos argentinos.
La administración y el consorcio de propietarios se encuentran ante una disyuntiva difícil. Por un lado pueden pedir en un mes concreto las expensas extraordinarias necesarias para abonar el monto total de la caldera, pero existe la posibilidad de que ante el aumento tan grande de las expensas totales crezca el número de morosos y no se llegue a juntar el monto necesario para comprar la caldera.
Por otro lado, se puede pedir el monto necesario para comprar la caldera en dos o tres meses de expensas extraordinarias, de ese modo las expensas totales no subirán tanto y decrece la posibilidad morosos, pero el monto que se ira asi juntando en la cuenta corriente del consorcio sufrirá los efectos de la inflación.
Imaginense que si se juntan los 15 millones de pesos en 3 meses de expensas extraordinarias, el primer mes se juntaran 5 millones pero si el precio de la caldera sube un 12% mensual, al inicio del segundo mes ya no habrá que juntar 15 millones sino 16.8 millones para poder comprar la caldera. Al inicio del tercer mes se tienen recolectados ya 10 millones pero la caldera vale ahora 18.81 millones.
Al inicio del cuarto mes de recolección se tienen los 15 millones planeados originalmente pero ahora la caldera vale 21.07 millones por lo que se necesitará una recolección extra de 6.07 millones solo para cubrir la inflación de los 3 meses que se tardó en juntar el dinero.
Y recuerden que el consorcio no puede comprar dólares para ahorro y debe tener su dinero en la cuenta corriente del banco, no puede utilizar ningún instrumento financiero, ni plazo fijo, ni nada que pueda hacer para amortiguar la depreciación del dinero.
La contracara de ambas opciones es una caldera que en su estado actual se rompe constantemente y deja sin agua caliente a la totalidad de los vecinos.
Y esto sucede, como les decía más arriba, en un barrio de clase media de la que es por escándalo la ciudad más rica de la Argentina. Si este tipo de situaciones sucede aquí imaginense toda la clase de situaciones que deben pasar en los barrios populares de los aglomerados urbanos, en los asentamientos de emergencia, en los pueblos del interior del país.
Desde 1983 hasta 2023, en los 40 años ininterrumpidos de democracia que lleva la Argentina, gobiernos peronistas o coaliciones de gobierno que se identifican con el peronismo han gobernado 28 años, lo que en términos porcentuales equivale a un 70% del tiempo total.
Ahora bien, si uno escucha hablar a los gobernantes peronistas salientes y a los futuros presidenciables parece que en el 30% del tiempo gobernado por otras fuerzas políticas fue donde se crearon todos los problemas de la Argentina actual.
La otra fuente inagotable de excusas son situaciones mundiales que parecen afectar en forma desmedida a la Argentina más que a cualquier otro país hermano de la región: guerra de Ucrania, sequía del 2022, pandemia del 2020, crisis financiera 2007-2008, inundaciones del 2015, etc.
Se entiende que en política la mejor defensa es un ataque y que atribuir los fracasos propios a herencias del adversario es una buena táctica, pero es una táctica que tiene sus límites. Cuando el fracaso es de magnitudes muy grandes, cuando las razones del fracaso son muy visibles o cuando la extensión de la gestión es demasiado prolongada esta táctica puede terminar siendo contraproducente.
Eso fue lo que le pasó al peronismo, al insistir hasta el hartazgo con esta táctica sobre el final de su periodo 2019-2023 lo único que logró fue socavar la palabra de los representantes, desprestigiar a la política en su conjunto, y allanar el camino para los representantes de la antipolítica o de los que plantean degradar, subsumir la lógica de política dentro de la lógica de la economía.
Estar a la altura del rol de partido gobernante, rol para el que el peronismo fue elegido varias veces, es también hacerse cargo si uno no cumple con las expectativas del puesto, sobre todo para no degradar la importancia del rol, ya que el rol supera al partido, el partido es circunstancial pero las instituciones democráticas uno desea que se extiendan más allá de la vida de los partidos y coaliciones.
Los que vinieron a defender los derechos del pueblo trabajador, los que vinieron a restaurar la fe en la política luego del 2001, los herederos de la generación de los 70, los defensores de los derechos de las minorías, los que instauraron el estado presente, todos ellos hicieron tan pero tan bien las cosas que nos dejan un apabullante triunfo de la antipolítica, nos dejan ante la propuesta de desregulación del mercado de trabajo, nos dejan ante la reivindicación de los 70 como una época donde hubo “excesos” de las fuerzas represoras, nos dejan ante la privatización de lo público, nos dejan ante el avasallamientos de las minorías.
Los periodistas deportivos cada tanto reflotan una frase que no por vieja pierde trascendencia para explicar la dinámica de la conducción de grupos: “al director técnico se lo defiende en la cancha”. Esto lo dicen en el sentido de que al director técnico no se lo defiende en declaraciones a los medios de comunicación. Por más estruendoso que sea el apoyo en declaraciones mediáticas si partido a partido el rendimiento de los jugadores es pobre y los resultados no acompañan eventualmente el director técnico será despedido. Por eso es que el director técnico debe ser defendido partido a partido con un buen rendimiento en la cancha, no con declaraciones sobre lo buena persona que es o sobre lo idóneo que es para el cargo.
Lo mismo podría decirse de las políticas redistribucionistas de los gobiernos de centro-derecha como las peronistas, las políticas redistribucionistas se defienden en la cancha. O sea, se defienden cuando son implementadas por un gobierno mediante una gestión exitosa, no se defienden con declaraciones rimbombantes sobre lo idóneo de esas políticas o sobre lo malo que es el liberalismo conservador.
Porque si la gestión es mala se daña algo mucho más grave que la popularidad de tal o cual personalidad política, se daña la imagen de las ideas y la percepción de su aplicabilidad para el caso argentino. Y esto en Argentina, casualmente o no tanto, siempre abre la puerta para la vuelta del conservadurismo liberal.
Si, el payaso Milei vino a buscar trabajo al circo, pero definitivamente alguien le abrió las puertas, alguien lo entrevistó, alguien le dio el visto bueno y lo contrató.