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Algunas disquisiciones sobre el peronismo

 

casa pobre en Argentina

Introducción

Al momento de ser escritas estas líneas en Noviembre de 2023 Argentina se encuentra en el tramo final de una campaña electoral que arrojara al nuevo presidente de la república.

Lo interesante de ello es que podemos escuchar a los candidatos, escuchar sus propuestas, sus razonamientos, sus justificaciones para proponer ciertas políticas y luego comparar todo lo anterior con los hechos, con lo que sus partidos vienen haciendo los últimos años tratando de responder: ¿qué es el peronismo?.

Y me ha parecido mucho más interesante reflexionar sobre la iteración que esta vez presenta a la sociedad el Partido Justicialista, o peronismo, que analizar a su rival.

Pero vamos a dejar de lado a su candidato concreto Sergio Massa para centrarnos en ciertas justificaciones que clásicamente tiene el peronismo para llevar adelante sus políticas.

Anticapitalismo ficticio

Desde lo discursivo el peronismo está en contra de la especulación de “algunos pocos vivos” y usa esta situación como excusa para intervenir los mercados, pero en los hechos la propiedad privada de los medios de producción nunca se pone en jaque.

Al revés, el peronismo no amenaza la propiedad privada sino que la asegura frente a cualquier desafío de las clases populares.

¿Cómo lo hace? Obturando cualquier posibilidad de cambio para mejor, embruteciendo a las clases populares, fomentando una cultura de sometimiento y pobrismo, apagando cualquier voluntad de salir de la pobreza, reivindicando la pobreza como una opción válida.

Lucha por la continuidad de la decadencia

En esta Argentina inverosímil del 2023 que nos toca vivir la representación de cambio quedó del lado de las fuerzas políticas conservadoras y el peronismo representa y lucha por la continuidad.

Y si uno ve los resultados de los casi 30 años de gobiernos peronistas desde el 83 a la actualidad es la continuidad realmente lo que prevalece bajo los gobiernos peronistas: la continuidad del modelo productivo exportador basado en productos primarios, la continuidad del latifundio en la tenencia de la tierra, la continuidad del crecimiento de la pobreza, la continuidad de la concentración de la riqueza y del clientelismo como forma de administración de la cosa pública.

O sea que en este punto el peronismo representa correctamente aquello por lo que lucha. Lucha por la continuidad de este modelo decadente, excluyente, conveniente para pocos privilegiados, como comentamos aquí, una elite estatal-sindical-patronal parasitaria y burocrática.

Desde lo discursivo el peronismo está convenientemente en contra de solo “algunos unos pocos vivos” pero no en contra del sistema económico en su totalidad, cuando en realidad lo que está mal es el sistema económico en su totalidad, con su mezcla perversa de capitalismo y socialismo que asegura el bienestar “de unos pocos vivos” y la miseria de muchos.

Conveniente naturalización de las relaciones de poder

Desde lo discursivo el peronismo proclama la necesidad de regular las relaciones sociales para que no vivamos bajo la ley del más fuerte pero en los hechos, por un lado, hay una subestimación de la capacidad de los ciudadanos de autogestionarse y de crear vínculos significativos sin la intervención del estado, por otro lado, hay una naturalización de las relaciones de poder, como si un segmento de la población fuera inherentemente débil, incapaz de defenderse y como si hubiera otro segmento naturalmente seleccionado para mandar, para aprovecharse de los débiles, y que siempre y constantemente va a necesitar ser contenido.

En el fondo es esta naturalización de las relaciones de poder, esta subestimación constante de la capacidad de las clases subalternas, este paternalismo degradante, repito, son estas situaciones las que ayudan a mantener la vitalidad de un segmento privilegiado de la población.

Al revés de lo que dice el peronismo, no es la ley del más fuerte la que provoca su intervención sino que es su intervención la que asegura el mantenimiento de los privilegios y la ley del más fuerte en la que se ven obligados a vivir los sectores populares.

Y aquí sí hay que reconocerle al peronismo ser consecuente, si como decíamos más arriba ellos representan la continuidad en este momento de la Argentina, ellos son consecuentes y luchan también por la continuidad de los privilegios y de la ley del más fuerte para los sectores populares.

Un ejemplo de lo expuesto hasta el momento

¿Quieren un ejemplo real y concreto de estas filosofías peronistas llevadas a la acción y sus resultados?

Imaginense una persona de clase baja o clase media que fruto de su trabajo en relación de dependencia (formal o informal) logra acumular capital y con la esperanza de mejorar su situación decide invertirlo en un emprendimiento, por ejemplo montar un local de venta minorista al público de algún producto x, por ejemplo golosinas o embutidos, etc.

Imaginense ahora que a esta persona le gusta tener todo en regla y por ello sigue todas las reglamentaciones que le caben al quehacer de su operación: habilitaciones, pago de haberes, pago de cargas sociales, impuestos de todo tipo, etc.

Nada fuera de lugar, nada de compras o ventas sin factura, nada de pago de salarios sin aportes patronales, etc. O mejor aún, imaginense que esta persona fue explotada en un trabajo informal previo y se juramento que si encabezaba un emprendimiento no iba a hacerle lo mismo a otra persona.

¿Saben cuál es el resultado de semejante comportamiento en Argentina luego de casi 30 años de gobiernos peronistas? Que la persona de nuestro ejemplo no va a obtener ganancias sobre su inversión.

Si tiene la suerte de que al emprendimiento le vaya bien logrará sacar lo suficiente para mantenerse sin poder progresar, sin ascender socialmente. Y si no tiene la suerte de que al emprendimiento le vaya bien se irá consumiendo lentamente su propio capital hasta que deba cerrar y volver muy probablemente a tener un empleo en relación de dependencia,  o sea mismo resultado que antes: no ascenso social.

Los convenientes resultados

Esto quiere decir que la Argentina, luego de 30 años de gobiernos peronistas desde el 83 a la fecha, es un país capitalista donde la propiedad privada no está seriamente amenazada pero que al mismo tiempo no favorece el empredorismo, la competencia ni el florecimiento de la clase media o la emergencia de nuevas industrias que modernicen el sistema económico y dejen atrás la dependencia patológica de los ingresos generados por el sector agropecuario.

Que situación por demás conveniente para un selecto grupo de personas que viven con privilegios, ¿no?

Pueden defender sus privilegios frente a cualquier movilización-reclamo de los demás segmentos de la población haciendo uso del monopolio de la violencia legítima del estado y al mismo tiempo la configuración actual del sistema económico, el andamiaje legal, la idiosincrasia de las clases populares previenen el surgimiento de cualquier amenaza de cambio desde dentro del sistema económico.

¿Y qué ideología les parece más conveniente que tengan las clases populares para que se mantenga en el tiempo una situación como la recién descripta?

¿Una ideología que mueva a los sectores populares a luchar por mejoras reales y concretas en su día a día contra los privilegiados, ya sea que esta lucha la hagan cada uno individualmente en el marco de la economía capitalista argentina creando un capitalismo pujante y moderno, ya sea que esta lucha la hagan colectivamente amenazando la propiedad privada de los medios de producción y abriendo la posibilidad de un socialismo en Argentina?

¿O una ideología donde los sectores populares tengan miedo a cualquier cambio por temor a perder lo poco que tienen, una ideología que deposite la esperanza de los sectores populares en un salvador/a que desde una posición de privilegio les de algo por el solo hecho de ser pobres, siempre y cuando se mantengan dóciles y obedientes en la posición en que les tocó nacer, siempre y cuando sean leales?

La ironía del ascenso social peronista

La ironía del destino quiso además que el peronismo tenga como una de sus banderas el ascenso social cuando en realidad lo que obtienen las clases sociales que dice el peronismo defender es el más estricto mantenimiento del status quo.

Si multiplicamos este pequeño ejemplo que dábamos más arriba y lo llevamos en el espacio a nivel nacional y en el tiempo a lo largo de décadas de gobiernos peronistas lo que tenemos como resultado es todo aquello que dice el peronismo que viene combatir: pauperización de la población, el segmento más pobre de la población viviendo en una especie de far west contemporáneo bajo la ley del más fuerte, el embrutecimiento de la clase baja fruto del deterioro de la educación pública, etc. etc. etc.

Como el ouroboro, el peronismo es una serpiente que se come su propia cola, viene a solucionar los mismos problemas que el crea.

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